Xoán Leiceaga Baltar

POESÍA

Luciérnaga

«... la vida me dejó tu amor.»

Joan Margarit

Como en cualquier sinsentido, he atravesado
las tortícolis y los estrabismos de la inocencia.
Ecológico un después, he compartido los hijos
y en un más tarde he explorado bajo otros filos de ardor.
Atosigado después por la barahúnda
y aturdido por sus flecos y sus reverberaciones
me he sumergido en la cueva de los silencios.
Entre acordes y texturas, he remontado
sobre aires densos e incluso sobre ligeros
en lo abierto y lo cerrado de un cercano continente.
Aún más tarde mis anhelos, sencillos ya, sin triplicar
han progresado ascendiendo, hacia su signo
la cima adónde el vacío no alcanza.

No lejos, se asoma ya mi misterio, tal vez quebranto
pero quedará por siempre la titilación de mi luciérnaga
la del centelleo eterno de la verde oscuridad.
Y en solitario mi yo, aun agotado el candor del ADN
seré cegado por tus reflejos, oh musical sirimiri
mi fosforescente amor.

O la versión anterior

Vaga lumbre

«... la vida fue oscuridad y luz.»

Xoan Leiceaga

He disfrutado con las tortícolis de la pubertad
y también con los reojos.
Tuve después descendientes del amor
y el recorrido de las aristas del gozo.

He buceado entre ruidos en busca de mi silencio
he viajado entre óleos y acordes
sobre los aires pesados y bajo luces oscuras
y en lo cerrado de dos continentes
y he conseguido este poco, lo que es todo para mí.

Al cabo, uno graba solamente las vagas lumbres
centellas de oscuridad, resplandecencias
tal que inocencias de nietos
o de tu brisa, aun ciego y sordo tu amor.

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