Xoán Leiceaga Baltar

POESÍA

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«Pero el tesoro fue una cobardía...»

Joan Margarit

¿Por qué asfixiantes, mares de la despedida?
No entiendo.
Ni por qué tan explosiva cada emersión
si mis huesos enmohecen imperturbables;
ni por qué las tristes olas, que ya no encienden
con su manso e incontenible balance
me muerden y antes lamían.

¿Por qué las mieles nocturnas cuartean mi paladar
si la sal de cada día dulcificaba?
No entiendo el porqué.
Ni aún por qué la derrota de mi barca
se traduce en sucesión de mis adioses
aun inflado el salvavidas del autoengaño.

¿Por qué sigo haciendo el buzo
en las cuestas ladeadas de mi mar?
Mi yo no entiende.
Ni aún por qué le digo de oro a sus aguas
cuando mi curiosidad ya se hizo arruga
y el salitre me extremaunce con su amargura.

En este charco, las sirenas ya no cantan
aunque sí ululan frente a la agresiva hondura
de tantas huidas con inmersión.
Y así, yo con el ojo avizor de la tristeza
he comenzado a entender esos porqué.

O la versión anterior

... hacia el fondo

«No es comedia ni pereza.»

Xoan Leiceaga

¿Por qué los barcos se van desguazando?
Entiendo que nadie quiera entender.
Ni por qué son pasajeros los vientos y brumas
e impasible el hierro cuando enmohece.
Tampoco, por qué las olas
vienen y van sin más afán que el vaivén
pero con su incontenible furor
que nos muerde con sus mimos.

¿Por qué la luz se desgañita por alumbrar?
Tampoco entiendo
que el rumbo de ciertos barcos es son de guerra
o por qué la piel de la oscuridad es tan dura
o por qué nos dan tesoros que son mentira
o por qué sigo como navegante
en la ya empinada cuesta de mi derrota.
Cada vez entiendo menos lo que no quiero
como llegar hasta ser esta criatura en ahogo
con la presciencia arrugada
y a la que ya cansa el agua, dulce o con sal.

Aunque algo entiendo, el porqué de las sirenas
que ya no existen ni cantan, pero anuncian
con sus chirridos y sus coletazos
el nuevo imperio, el de la Orden del Desguace.

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