Partitura mía [viii]: Nidada
Se abren mis carnes abiertas / acudo
a recibirte relleno de genuflexión / me acerco
a hundirme en tu eternidad / destapo
mis ojos ya saltimbanquis / contemplo
meticuloso la vibración de tus mimos / impulso
lo que epilépticamente me agita / aspiro
el lujo de cancelar los pecados de pureza / sacudo
mi óxido, y me genero más manchas / me inspiro
genético en los instintos / y suenan
ya los tambores de tu música piadosa
ay, compás salvaje de tu melódico hechizo
religiosa el olfateo de tus inciensos / cédeme
el ritmo de tus quejidos / cédeme
quirúrgicos sorbeteos en la morbidez de tu ara
ay, seda de la furia sutilísima / de más cédeme
saturadamente más / el más cédeme
tus dentelladas de cada jadeo
oh, angélica de mi orquesta
feneceré sobre ti, entregado sobre ti
tras lo muelle del buceo
en el más crecido ascenso, y rígida infiltración
en la más abrumadora, pero sublime, derrota.