165
¿Por qué reloj, por qué tan cruel, tan granítico?
¿Por qué más no te complaces de nuestras irreverentes apoteosis?
166
Extenuada, viraste hacia la dura sencillez de los naufragios.
Te acosaban las mareas de los recuerdos
y mi oleaje era calma.
167
Deshereda a tus recatos.
arrímateme, cierra las contras y abre las alas
emborráchate con el vino consagrado bajo mis profanaciones.
168
La anacoresis me ha extraviado de tus dones.
Te vengas y ciegas a tu añoranza
mas, ¿adónde la miel?